Niños y computadoras:
La controversia Niños y
computadoras son temas que generan muchas preguntas y dudas, dado que existen
muchos prejuicios en medio de un cambio de paradigmas en relación con las
capacidades que corresponden desarrollar en los niños del nivel inicial. No
cabe duda que estamos en la era de la información y del conocimiento. Las
nuevas tecnologías constituyen un componente más dentro del ambiente donde el
niño y la niña se mueven, crecen y se desarrollan. Encontramos computadoras en
todas partes: librerías, supermercados, bancos, hospitales, salas de espera,
escuelas, hogar, entre otros.
Si partimos de la base de que todo niño y niña
tienen que observar, descubrir, explorar y experimentar en su medio para
apropiarse de él, entonces tienen derecho a relacionarse con los medios
tecnológicos que están a su alcance y que, por otro lado, les son tan
familiares porque conviven con ellos a través de sus padres, hermanos,
instituciones educativas, así como por las múltiples ofertas que la sociedad
brinda día a día. La tecnología está mucho más cercana de lo que pensamos y no
se limita a los videojuegos o a la informática.
Es común escuchar a muchos
padres hablar de cómo su bebe de apenas dos años maneja el control remoto del
televisor, el celular, entre otros prodigios. Para los niños y niñas, estas
experiencias no dejan de ser juegos que no solo amplían y desarrollan sus
habilidades intelectuales, sino que, además, les permiten ganarse el aplauso y
festejo de sus padres y del mundo adulto. Son, sin lugar a dudas, sus primeros
acercamientos al mundo de la tecnología. Jugando el niño toca un botón, se ríe
y mira a sus padres que le devuelven con entusiasmo la mirada. Esta secuencia
que repite una y otra vez es una escena lúdica y una experiencia de
satisfacción. Por tanto, si la tecnología contribuye a que los niños potencien
sus habilidades, ¿por qué negarles que pongan en práctica su continua capacidad
de curiosidad, de interés, de desafío, de placer por aprender, que tanto piden
estas nuevas generaciones? El tema está en el tiempo y la forma en cómo se
acompaña este proceso. Tomando como modelo de aprendizaje el período sensorio
motor de Piaget (citado en Papert, 1996), se describe cómo el bebé, en su
pequeño mundo, explora ampliamente todas las posibilidades del medio hasta que
llega a algunas preguntas donde es necesario incorporar al adulto y al
lenguaje.
Por ello debemos nutrir y expandir estos espacios de aprendizaje
mientras los niños están junto a un adulto que medie entre la máquina y ellos,
fomentando otras interrogantes, armando otras escenas lúdicas a partir de su
juego, poniendo palabras y sonidos que instauren el lenguaje, aprobando o
desafiando, compartiendo la risa y la alegría de ese momento, generando de esa
manera un aprendizaje significativo para ellos. Pero si colocamos al niño
frente a los videojuegos y/o software educativo como un entretenimiento donde
quedan «depositados», se genera un desorden de alineación, que no hace otra
cosa que separar a los padres de los hijos, a los docentes de sus alumnos. Por
tanto, se deben organizar adecuadamente el tiempo y las opciones que les
ofrecemos.
Desde este ángulo de la comprensión de los fenómenos externos los
niños se están ubicando en una posición de igualdad frente a los adultos, dada
la revolución de las comunicaciones y la simplificación en la operación de la
tecnología de la información. Las escuelas ya no son los únicos ámbitos en
donde circula el saber, a menudo esta aparece por detrás de lo que los niños ya
han aprendido en otros espacios, como los virtuales.
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